La falta de suelo urbanizable en la capital se acentúa cada día más como una dificultad para el desarrollo del sector inmobiliario. Hace unas semanas, un estudio realizado por la Universidad Católica, encargado por la Cámara Chilena de la Construcción, concluyó que los terrenos disponibles en el Gran Santiago para desarrollar proyectos inmobiliarios llegan sólo a las 1.893 hectáreas.

El gerente del Area Inmobiliaria de Collect GFK, Javier Varleta, afirma que si bien es difícil dar un plazo concreto, si se mantiene el consumo de los últimos años, “uno podría pensar que en unos siete a ocho años más la disponibilidad de terrenos se agotaría”.

Un rango más acotado maneja el director regional de RE/MAX Chile, Víctor Da-nús, quien sostiene que estas hectáreas podrían agotarse en un plazo mínimo de 36 meses, si la demanda de suelos mantiene los dinámicos niveles que experimenta en la actualidad.

Varleta agrega que en sectores como Lo Barnechea, donde existe un gran demanda por casas, el suelo disponible se acabará en el corto plazo. “Esto tiene una implicancia muy importante en el valor de suelo, pues a menor disponibilidad, el valor aumenta rápidamente, y por ende, también el valor de las propiedades”, sostiene, análisis con el que concuerda Danús. “La escasez de suelo ha implicado un exceso de demanda, por lo que los precios han subido, produciéndose una variación hacia toda el área norte de Santiago, que está con un boom inmobiliario importante”, comenta.

En la consultora AGS afirman que la superficie disponible sería algo mayor y rondaría las 2.500 hectáreas. Pero el plazo en el que se consumirían es similar: “De acuerdo con el ritmo de consumo actual, estamos hablando de suelo para aproximadamente siete años”, detalla el director de Estudios, Esteban González.

Medidas

Los tres expertos coinciden en que la solución al problema de la disponibilidad de terreno es la aprobación de las modificaciones al Plan Regulador Metropolitano de Santiago o PRMS-100, que inyectaría cerca de 10.000 hectáreas al radio urbano de la capital.

Al respecto, Varleta comenta que los nuevos terrenos implicarían la aparición de proyectos sociales y la ejecución condicionada de áreas verdes, para “segmentos que posen pocos terrenos habilitados para esto”.

Otra alternativa es “dar incentivos para el reciclaje y densificación de áreas centrales deterioradas de la ciudad, a fin de fortalecer el actual proceso de densificación”, sostiene González. Agrega que “se debe fomentar un crecimiento equilibrado en extensión urbana, incorporando nuevo suelo y disminuyendo la presión alcista del activo. Se debe fomentar la densificación armónica de áreas centrales de la ciudad, modificando inteligentemente los Planes Reguladores Comunales”.

Respecto de la densificación, Danús advierte que se debe tomar con cautela. “Si bien la tendencia en las grandes ciudades va hacia la edificación en altura, eso trae una mayor densidad, alterando el flujo vial. Todos estos trastornos tienen una implicancia para el peatón. La edificación en altura puede ser una alternativa, pero genera una incomodidad para quienes viven en Santiago”, sostiene.

Fuente: La Tercera

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